Hoy más que nunca acompañando a las Madres

viernes, 10 de junio de 2011



Hebe de Bonafini. Discurso del 9 de junio de 2011

Estos días difícil que no van a ser los únicos ni los últimos en la vida de las Madres porque ésa es nuestra vida. Nos ha tocado vivir momentos increíbles. La solidaridad no se puede creer. Cartas, regalitos, tortitas, llamadas telefónicas, compañeros, compañeras que se ofrecen para trabajar como ingenieros, como arquitectos, como lo que las Madres necesitemos. Así que a todos, a todos, a los trabajadores, a los trabajadores de las Madres, a los choferes, a los chicos que están en la Universidad, a todos, a todos, gracias porque se están comportando como corresponde, porque lo que están haciendo es defender el trabajo que es lo que nosotros hacemos, porque tenemos un gran reconocimiento por la clase. Los trabajadores van a cobrar y ojalá que les podamos pagar mañana porque eso es lo que las Madres queremos.
Yo hoy preparé algo diferente… Gracias Embón, está acá mirándome porque él otro día quería hablar conmigo y yo estaba mal, no tenía, perdóname. Y yo preparé algo diferente. Me desperté esta mañana a las cuatro de la mañana y decía ‘¿Qué le digo a la gente de la Plaza?’. ‘¿Qué esperan los compañeros de la Plaza?’ Y empecé a pensar qué pasaba hace treinta y tantos años, en el ochenta, un 5 de junio del 80. Y como tenemos un archivo muy organizado, ni bien llegué a la Casa de las Madres busqué qué hicimos las Madres el 5 de junio del 80 y esto es para toda la gente que no conoce, para todo el pueblo que no sabe y sobre todo… Jorge Giles, gracias corazón: los compañeros que vienen, que me emocionan verlos. Francisco, de Pigüé, que viene siempre corriendo con el auto a todo lo que da; y empecé a pensar y a buscar y para los jóvenes que no saben porqué tenemos este reconocimiento mundial las Madres. Cuántos años hace que las Madres trabajamos, y qué hicimos, porque no es sólo pedir una cosa, hacer un pedido, presentarse en Tribunales. 
El 5 de junio hicimos una carta de agradecimiento a la Federación de Abogados que estaba dirigida por el doctor Bernal, porque tuvieron una entrevista por Harguindeguy y defendieron a las Madres a capa y espada. Y ese día le hicimos una carta de agradecimiento a esta Federación de Abogados y me parece que hay que aplaudirlos. No sé si estará el doctor este pero me parece maravilloso. Ese mismo día, el 5 de junio del 80 salió el Nobel para las Madres, la campaña del Nobel para las Madres. Y así el mundo entero empezó a hacer una campaña para el Nobel para las Madres. Luego, ese mismo día, en Essen, en Alemania, era jueves, qué casualidad: un grupo de estudiantes en la Plaza con compañeros que estaban exiliados allá, con máscaras hicieron pantomimas y prometieron ir todos los jueves a esa plaza a solidarizarse con las Madres. Y nosotras enteradas porque nos mandaron en aquella época un telegrama porque no había otra manera. Y nos pareció maravilloso. Y ese mismo día como si todo fuera poco, empezamos a hacer circular un petitorio para que nos dieran la lista de nuestros hijos, dónde estaban, qué pasaba con ellos, si estaban en las cárceles, los iban a legitimar. Y ese mismo día, desgraciadamente, (Leopoldo) Galtieri con el General (Pedro) Richter (Prada) de Perú, secuestró el 5 de junio en Lima a Noemí Molfino, a Julio Ramirez, a María Raverta y a Federico Frías en una Operación Cóndor. Todo ese material que me buscaron para dármelo porque yo estaba ahí, yo lo traje escondido con mucho miedo, pero con mucho respeto en un zapato. Y así bajé en Ezeiza, solita, con eso para denunciar aquí como habían secuestrado – sin saber que aquello se llamaba la Operación Cóndor- pero que ya sí traíamos los nombres de Galtieri y de Richter por el secuestro de estas personas. Molfino era una madre que tenía a su hijo desaparecido y que apareció muerta después en España. Esto hacían en esa época. Todas estas cosas en un solo día: el 5 de junio del 80. Porque ese día luego de todo esto, o al otro día también las Madres vimos al Papa en Porto Alegre. O sea que no quedó nada por hacer. 
Entonces, poco a poco les voy a ir contando por qué las Madres tenemos esta fuerza. Por qué las Madres estamos acá. Por qué el reconomiento. Había recién compañeros de otros países que se arrimaban a la combi, no bajé porque estoy todavía con asma. Pero me parece que tienen que conocer, que nadie nos está regalando nada y que les agradecemos muchísimo a todos los compañeros que hoy también desde otros países están llamando para decirnos qué necesitamos. Y lo que necesitamos es esto: el amor, el cariño, el abrazo, el beso; que es con lo que uno vive. No la plata, uno vive de amor. Así que gracias compañeros, muchas gracias.”


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